Historia de las palomas mensajeras.

Con la llegada de las nuevas tecnologías los métodos convencionales de comunicación y envío de información se han actualizado, hoy en día podemos hacer llegar un mensaje al otro lado del mundo haciendo click a un botón. Sin embargo, a lo largo de la historia el hombre ha hecho uso de diversos métodos para transmitir información. Entre uno de estos métodos se encuentran las palomas mensajeras. Aunque en la actualidad, debido a los avances tecnológicos, su función se ha visto reducida a fines recreativos o deportivos, anteriormente han jugado papeles cruciales para muchas civilizaciones.

A día de hoy no se conoce con exactitud el mecanismo del que se valen estos animales para orientarse y volver siempre a su palomar. Se cree que puede ser una mezcla de factores: la orientación basada en accidentes topográficos, la posición del Sol o la existencia de un campo magnético interno. A pesar de ello, el ser humano ha hecho uso de esta habilidad desde hace mucho tiempo. Existen registros de la antigua Grecia donde ya se empleaban palomas mensajeras. Uno de estos usos era el de comunicar los nombres de los ganadores de los Juegos Olímpicos. Y es que estos animales son mensajeros muy eficientes y rápidos. ¿Sabías qué pueden recorrer distancias de hasta 1000 km diarios? Además, al no hacer uso de cables sus mensajes son más difíciles de interceptar que las emisiones por radio. Ideal para trabajos de espionaje o envío de información clasificada.

Estos factores han favorecido que hayan sido empleadas en situaciones comprometidas como, por ejemplo, asedios. Durante el sitio de Paris, los ciudadanos hicieron uso de palomas para hacer llegar sus mensajes fuera de la ciudad. Los enemigos intentaron contrarrestar esta estrategia con el uso de halcones. Pero esto no impidió que se entregaran, según cálculos, más de un millón de mensajes en cuatro meses.

Papel en las guerras.

Posteriormente en la Primera Guerra Mundial un farmacéutico alemán llamado Julius Neubronner desarrolló una cámara fotográfica suficientemente ligera para que una paloma pudiera transportarla. A esta añadió además un disparador automático. De este modo se podían hacer reconocimientos del terreno y situar la posición de las tropas enemigas en el mapa. Aunque las fotografías se tomaban de manera aleatoria y finalmente no fueron de mucha utilidad. De cualquier forma, podríamos decir que diseñó el primer dron de la historia.

Quizás no brillaran en el ámbito de la fotografía, pero sí lo hicieron en la entrega de mensajes. Tanto es así que durante esta guerra el ejército de EEUU hizo uso de seiscientos ejemplares solo en territorio francés. También emplearon palomares móviles, facilitando el transporte de los animales y haciendo así que regresaran a un punto u otro según conveniencia. Entre las palomas estadounidenses destacó una paloma llamada Cher Ami. Una anécdota curiosa a cerca de Cher Ami es que se sexó erróneamente como macho, pero esto no lo supieron hasta que la disecaron para exponerse en la Institución Smithsonian. Allí se encuentra como un héroe de guerra más. En la actualidad este tipo de errores puede evitarse usando un servicio de sexado de aves. Mediante la obtención de ADN extraído de una pluma o muestra de sangre.

Cher Ami fue condecorada con la Cruz de

Guerra con Hojas de Roble. Y es que, en su última misión llevó un mensaje

crucial para la 77ª División de Infantería. Esta división formada por quinientos hombres se encontraba atrapada bajo fuego enemigo. Incluso recibían fuego de sus propios aliados, debido a que se encontraban en retirada y éstos no conocían su posición. Fue entonces cuando decidieron enviar a Cher Ami, sobre la cual abrieron fuego los alemanes nada más alzar el vuelo. Fue alcanzada en el pecho y derribada, pero volvió a retomar el vuelo. También perdió un ojo y una pata y aún así siguió volando. Finalmente, pudo completar su misión salvando a los ciento noventa hombres que aún quedaban con vida.

Durante la Segunda Guerra Mundial el ejército británico empleó doscientas cincuenta mil palomas. Muchas de las cuales ganaron la Medalla Dickin, la condecoración al valor más alta que se entrega a animales. Hoy en día las medallas que ganan estos animales son en carreras organizadas por colombófilos, quienes han ido seleccionando a los ejemplares más rápidos y resistentes a través de la cría. Estas características de velocidad y resistencia seleccionadas son heredables. Por tanto, para muchos criadores es de especial interés conocer las relaciones de parentesco entre palomas mensajeras a través de técnicas de genotipado y filiación. Buscando y consiguiendo así los mejores ejemplares.