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Malaria Aviar

La malaria también es cosa de aves La malaria o paludismo es una enfermedad causada por un parásito protozoo que se transmite por la picadura de un mosquito infectado, afectando cada año a más de 500

La malaria también es cosa de aves

La malaria o paludismo es una enfermedad causada por un parásito protozoo que se transmite por la picadura de un mosquito infectado, afectando cada año a más de 500 millones de personas. Ello hace que esta enfermedad constituya un grave problema de salud a nivel mundial, afectando en mayor medida a las áreas más desfavorecidas del planeta. Pero ¿si te dijera que las aves, gorriones comunes, jilgueros, verderones o aviones también pueden sufrir malaria?

¿Qué es la malaria aviar?

Al igual que los humanos, las aves silvestres y domésticas pueden infectarse por parásitos de la malaria. Existen dos géneros principales de parásitos de la malaria aviar, Plasmodium y Haemoproteus. Ambos presentan ciclos de vida muy similares y su principal diferencia es que Plasmodium es transmitido por mosquitos y Haemoproteus es transmitidos por jejenes y moscas planas.

Aunque estos parásitos están relacionados evolutivamente con los parásitos de la malaria humana, son exclusivos de las aves y no afectan a las personas. Una de las principales diferencias entre los parásitos de la malaria humana y aviar es que mientras que los parásitos de la malaria humana se transmiten a través del mosquito Anopheles, los parásitos de la malaria aviar suelen utilizar otras especies como vectores, siendo principalmente transmitidos por la picadura del mosquito Culex, la especie Cx. pipiens o mosquito común es su principal vector.

Los parásitos de la malaria aviar tienen un ciclo de vida complejo dividido en dos fases, una fase sexual, que tiene lugar dentro del mosquito, y una fase asexual que tiene lugar dentro de las aves.

¿Cómo afecta la malaria a las aves?

Cuando a un ave le pica un mosquito infectado por uno de estos parásitos sanguíneos, los parásitos (denominados esporozoitos en esa fase de su ciclo) circularán por el torrente sanguíneo llegando a órganos internos como el pulmón, bazo o el hígado donde completará parte de su ciclo de vida, así como en el interior de los glóbulos rojos del ave.

Numerosos trabajos científicos han estudiado los efectos de estos parásitos sobre las aves a las que infectan (ver links). Aves afectadas con una alta carga de parásitos pueden presentar fiebre, diarrea y sufrir anemia debido a la destrucción de los glóbulos rojos (las células que provocan ese color tan característico de la sangre y que son las encargadas de transportar el oxígeno por todo el cuerpo).

La Anemia

La anemia se va a evidenciar por despigmentación del color del ojo y palidez de las mucosas de la cavidad oral. Además, la anemia va a provocar una falta de apetito y debilitamiento progresivo del individuo afectándole a su capacidad de reproducción y pudiendo provocarle eventualmente la muerte directa o indirectamente, aumentando su susceptibilidad a ser depredados.

Se ha observado además que los parásitos de la malaria pueden afectar a órganos internos provocando aumento de tamaño y cambio en el color del bazo e hígado, pudiendo incluso llegar a formarse quistes en este último.

Estos síntomas pueden presentar distintos grados de intensidad, según la patogenicidad del parásito y el estado de salud del hospedador, siendo las aves jóvenes las que suelen presentar una mayor mortalidad.

Aun así, no todas las especies de aves se ven igualmente afectadas por parásitos de la malaria aviar. Aves como las columbiformes (palomas y tórtolas) o los paseriformes (gorriones y verderones) suelen presentar mayor porcentaje de infección que aves Psitaciformes (Papagayos y Cacatúas).

¿ Como se puede diagnosticar la malaria aviar en las aves?

La malaria aviar no presenta ningún síntoma evidente que permita su diagnóstico clínico. Para diagnosticar si un ave presenta infección por parásitos de la malaria aviar es necesario la extracción de una muestra de sangre del individuo. El diagnóstico se puede realizar a través de dos métodos principales:

•     Mediante la realización de un frotis sanguíneo con una gota de sangre del animal infectado que, tras su fijación y tinción mediante protocolos específicos, permite la visualización de los parásitos a través del microscopio.

Esto permite observar aquellos glóbulos rojos que se encuentran infectados por parásitos de la malaria aviar y dependiendo de las características morfológicas del parásito poder llegar a identificar a nivel de especie de que parásito se trata.

Además, esta técnica permite cuantificar el nivel de infección del ave, mediante el recuento de glóbulos rojos infectados con parásitos con respecto del total.

•    Mediante técnicas moleculares a partir de unas gotas de sangre y tras la extracción del material genético procedente del parásito se realizan técnicas de amplificación de zonas específicas del material genético del parásito que permiten poder identificar con gran exactitud la especie de parásito sanguíneo o linaje genético que está infectando al ave.

A diferencia del anterior método, la realización de técnicas moleculares es mucho más precisa y permite la identificación de parásitos a niveles que son indetectables mediante la realización de frotis sanguíneos.

Sin duda, ambos métodos permiten la identificación del estado de infección del individuo y en ningún caso una prueba es exclusiva de la otra, recomendándose en todo momento llevarse a cabo ambas ya que aportan informaciones complementarias.

¿Tiene tratamiento la malaria aviar?

La malaria aviar es una enfermedad crónica, por lo que es muy difícil que los parásitos desaparezcan por completo del cuerpo del animal. La infección por parásitos de la malaria aviar se caracteriza por dos fases, una inicial donde las aves presentan una alta carga de parásitos en sangre. Esta fase, suele ser seguida de una fase crónica donde los individuos presentarán una disminución de la cantidad de parásitos en sangre.

En esta última fase se pueden formar quistes de resistencia en el hígado de fases intermedias de los parásitos que, en época de estrés para el ave, como la época de cría. En algunos casos, pueden dar lugar a nuevas etapas con alta carga de parásitos en sangre (un símil serían los molestos herpes labiales).

Tratamientos como la primaquina (un profiláctico) o la clorotina, podrían ayudar a disminuir la carga de parásitos en órganos sangre. Aunque estos tratamientos son fuertes y puede afectar considerablemente al ave con problemas respiratorios y desordenes gástricos.

El aporte extra de líquidos y complementos alimentarios también será de gran ayuda para las aves infectadas.

¿Cómo se puede prevenir el contagio de la malaria aviar?

No existe ningún método efectivo al 100% que pueda prevenir el contagio de la malaria aviar. Además, las condiciones de temperatura y humedad que tiene Andalucía hacen que sea un área muy propicia para que los principales insectos transmisores de la malaria aviar (mosquitos, jejenes y moscas planas) se reproduzcan.

Esto hace que Andalucía sea una zona con alta prevalencia de malaria aviar. Sin duda, los mejores métodos para prevenir el contagio tienen que estar focalizados a evitar que estos insectos piquen a nuestras aves.

Por ello, lo más recomendable es mantener las aves domésticas en las mejores condiciones. A veces siendo tratadas con insecticidas de forma periódica y manteniéndolas en espacios libres de mosquitos mediante la utilización de telas mosquiteras.

No menos importante es revisar bien los nidos: son zonas muy propicias para el escondite y descanso de los mosquitos, sobre aquellos que son cerrados. Por último, también es muy recomendable colocar productos contra los mosquitos.

Dr. Rafael Gutiérrez López

Matta, N. E., & Rodríguez, O. A. (2001). Hemoparásitos aviares Avian Haematoza. Acta Biológica Colombiana, 6(1), 27-34.
https://revistas.unal.edu.co/index.php/actabiol/article/view/63464/pdf
Atkinson, C. T., Dusek, R. J., Woods, K. L., & Iko, W. M. (2000). Pathogenicity of avian malaria in experimentally-infected Hawaii Amakihi. Journal of wildlife diseases, 36(2), 197-201.
https://www.jwildlifedis.org/doi/pdf/10.7589/0090-3558-36.2.197

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