¿Cómo afecta el declive del entorno natural en las aves?

¿Sabes cómo afecta el declive del entorno natural en las aves? ¿Te has preguntado qué implica que algunas especies estén desapareciendo? Sigue leyendo y entérate de las condiciones que amenazan nuestras aves debido a la acción humana y sus consecuencias.

¿Por qué y cómo afecta el declive del entorno natural en las aves?

Las aves son animales muy llamativos debido a su plumaje y sus cantos. Actualmente, están teniendo graves problemas para sobrevivir debido a los cambios medioambientales de nuestro planeta.

 

Muchas de ellas, ante el aumento de la temperatura, se quedan o migran a regiones septentrionales. Esto se debe a que buscan un clima como el que su instinto les dice que es en el que deben vivir. Otras se ven directamente afectadas por los desechos y la contaminación.

 

Las condiciones que afectan a las aves repercuten negativamente en los ecosistemas. No solo porque ellas cumplen importantes funciones. Sino porque las condiciones mismas no obedecen una causa natural los ecosistemas necesitan más tiempo para amoldarse.

Disminución de la población

El decrecimiento de la población de las especies de aves es notorio. Incluso las especies más comunes se han visto afectadas por los cambios medioambientales. Esto es un problema multifactorial que se viene observando desde hace ya casi un siglo.

 

Actualmente, el 80% de los bosques del mundo han desaparecido. Esto trae como consecuencia la escasez de alimentos, la pérdida de zonas de anidación y la depredación de algunas especies. Por lo tanto no es de extrañar que en muchos casos las poblaciones de aves se vean afectadas.

 

La contaminación también es un problema. Muchas aves suelen alimentarse de desechos o en ambientes contaminados. Esto las debilita y les trae diversas enfermedades por las que difícilmente pueden desplazarse o reproducirse.

 

Muchas aves son aprovechadas por sus plumas o son traficadas como animales de compañía. Diversas especies de aves tropicales se han visto desplazadas de su lugar de origen para ser vendidas como mascotas.

 

En algunos casos se trata de aves monógamas y la pérdida de su pareja puede impedirles reproducirse. También ocurre que muchas aves mueren en grandes cantidades debido a los incendios forestales y a otros desastres naturales.

 

En los incendios ocurridos en el Amazonas, se observó el silencio en áreas sonde antes se escuchaba el sonido de las aves. Esto es solo una pequeña muestra de la pérdida de ecosistemas y de los daños irreparables para la naturaleza.

 

La disminución de la población también se da en diversas especies marinas. Algunas de ellas se alimentan de corales o de pequeños organismos de marismas o bancos de arena. Debido a la contaminación y el calentamiento global, cada vez se reproducen menos.

Extinción

El cambio climático, la deforestación y la contaminación influyen sobre la calidad de vida de los animales salvajes. Y las aves, naturalmente, no son una excepción. Muchas especies solo se conocen por descripciones y dibujos y actualmente están perdidas.

 

La extinción generalmente se debe a la caza intensiva o a la introducción de depredadores o enfermedades. Pero hay un enemigo latente y más silencioso: el cambio climático y la pérdida de hábitat.

 

Las aves con menor capacidad de adaptación son las que más sufren el impacto del declive del medio ambiente. Muchas de ellas se alimentan de fuentes muy específicas que les es imposible sustituir.

 

Otras requieren circunstancias muy específicas para su reproducción. La afluencia de turistas, la pérdida de lugares de reproducción y los desfases ambientales les afectan mucho. Su extinción, además, puede causar la reproducción desaforada de algunas especies.

Cambio de rutas migratorias

Los cambios de las rutas migratorias son medidores del bienestar de las especies y del planeta. Gracias a su observación se ha llegado a la conclusión de que el deterioro de los ecosistemas está afectando mucho a las aves.

 

Entre los cambios que presentan las rutas migratorias, están los acortamientos. Muchas aves que antes hacían travesías largas a latitudes tropicales, ahora se mantienen en el Norte. Esto, en parte, se debe a que ya las temperaturas son bastante tolerables.

 

Otra probable causa es que incluso durante en invierno hay cierta disponibilidad de alimentos. Incluso, mucha vegetación e insectos otoñales resisten el invierno. Gracias a esto las aves pueden quedarse cerca de los lugares de anidación.

 

Claro, las migraciones no se han detenido por completo. Muchas aves, especialmente las jóvenes, mantienen las rutas por instinto. Pero luego, cuando a través de la experiencia notan lo esforzado de las rutas, deciden quedarse.

 

El frío puede ser difícil de soportar para ellas y cada vez compiten más por los recursos. Pero vale la pena ocupar los mejores lugares de anidación. Especialmente para las aves de más edad, que de migrar verían más en riesgo su sobrevivencia.

 

Ejemplo de estos cambios son la gran cantidad de aves europeas que cada vez hacen rutas más cortas. En vez de cruzar el Sahara, deciden quedarse al sur de la Península Ibérica. Lo problemático de esta situación es que consumen los recursos para la época reproductiva.

 

El cisne cantor (Cygnus cygnus) pasa el invierno en el Mar Mediterráneo y en el Mar Caspio, pero con los años ha ido retrasando su migración. Actualmente, la hace dos semanas después que hace cinco décadas.

 

La misma situación se produce con las aves de Norteamérica. Lo que puede acarrear consecuencias desestabilizadoras tanto para la aves como para los ecosistemas en los habitan o a los que van.

Falta de alimentos

Otra forma en la que afecta el declive del entorno natural en las aves es la escasez de alimento. Las aves oportunistas u omnívoras son las que menos sufren este tipo de problemas. Pero no se puede decir lo mismo de aves que prefieren áreas salvajes o de una alimentación específica.

 

Los cuervos y las gaviotas, por ejemplo, pueden obtener sus alimentos de los desechos humanos. Su gran capacidad de adaptación las hace eficientes y les permite sobrevivir con más facilidad. Pero animales como los colibríes o algunas aves que se alimentan de semillas se ven afectados.

 

Los ecosistemas siempre tenderán a la regeneración, pero las modificaciones a causa de la actividad humana son muy notorias. De hecho, anualmente muchas aves se ven desplazadas o afectadas por la producción de alimentos o la caza furtiva.

 

Y los daños, de hecho, pueden no ser tan obvios. Solo con el cambio climático, la cadena trófica se ve ampliamente afectada desde sus bases. Esto trae como consecuencia desajustes en especies animales o vegetales que les sirven como alimentos a las aves.

 

Los desajustes en los niveles más bajos afectan progresivamente la cadena alimenticia hasta alcanzar especies carnívoras de mayor tamaño. Cada vez hay una población menos de aves cazadoras.

 

Aves como el águila arpía suelen estar en lo más alto de la cadena alimenticia. Su presencia implica la existencia de todos los eslabones de la cadena, y por lo tanto, la salud del ecosistema. Su desaparición es una muestra de las dificultades para sobrevivir que tienen otras aves.

 

Los cambios migratorios o el cambio de hábitats también pueden tener serias implicaciones en la alimentación de las aves. Los cambios repentinos que surgen en 100 años pueden afectar gravemente un equilibrio que se estableció en millones de años.

Desplazamientos forzosos

Algunas aves eligen el ecosistema en el que habitan según la disponibilidad de alimentos apropiados para ellas. Incluso algunas aves se amoldan a los lugares urbanizados o, debido a cualquier contingencia, se adaptan a un nuevo lugar.

 

Pero últimamente, debido al calentamiento global, muchas aves están comenzando a desplazarse en latitudes más septentrionales. Y este fenómeno no solo causa extrañeza en los observadores de aves, también causa escasez de alimentos y competencia entre especies.

 

En la naturaleza, la competencia es algo bastante común. Especialmente durante las migraciones, pues las especies que migran deben competir con las locales por los recursos. Pero en estos casos es diferente.

 

Las especies de latitudes mayores van corriéndose más y más al Norte. Y cuando no pueden seguirse desplazando porque no hay territorios o recursos, desaparecen. Esto trae como consecuencia la extinción, y con ella, la desaparición de distintos ecosistemas.

 

Muchas especies africanas han empezado a anidar en el sur de España. El camachuelo trompetero, ratonero y el corredor sahariano son algunas de ellas. Y en América sucede lo mismo. De hecho, muchas especies no solo se ven amenazadas por el desplazamiento.

 

La fauna extraña también puede causar graves molestias a las especies locales. Incluso perteneciendo a otros reinos, una especie invasora puede ser potencialmente responsable de la extinción de algún ave. Tal es el caso de la pardela de Revillagigedo.

 

Cómo afecta el declive del entorno natural en las aves, se cree que los daños se verán luego. Sin embargo es obvio que los problemas ecológicos están causando el movimiento de especies. Y esto, a su vez, repercute en la cadena alimenticia y en la sobrevivencia de otros animales.

Competencias por hábitat

El desplazamiento de especies foráneas puede traer graves problemas de escasez de espacio y alimento. Como consecuencia directa, comienzan luchas entre especies que pueden terminar en la extinción de alguna de ellas.

 

Las luchas entre especies no suelen darse por enfrentamientos, sino por el consumo más acelerado de los recursos. Las aves menos aventajadas se debilitan por la inanición, enferman o se convierten en alimento de los depredadores.

 

Muchas veces la lucha por el control de determinado recurso es causado por especies invasoras. Esto se ha visto mucho alrededor del mundo. La liberación de especies extrañas puede causar estragos, especialmente si la especie en cuestión no cuenta con enemigos eficientes.

 

Muchas de estas especies tienen un mayor poder de adaptación que los animales de un ecosistema específico. Y su propagación puede implicar la pérdida de la biodiversidad autóctona y de la salud de un determinado ecosistema.

Riesgos físicos

Las aves han tenido que enfrentar diversos obstáculos en las últimas décadas para poder sobrevivir y reproducirse. Uno de estos obstáculos es el plástico de los océanos. Se ha detectado que al menos el 80% de las aves marinas tienen piezas de plástico en el estómago.

 

Las aves y otras especies generalmente consumen plástico cuando se están alimentando. Muchas veces pueden verse atraídas por su brillo o colores brillantes. Otras, simplemente lo ingieren porque está en el mismo lugar de su alimento habitual.

 

Muchas especies se ven afectadas por pequeñas piezas que se desprendieron de objetos grandes. Debido a esto, puede pasar mucho tiempo hasta que se desintegren y puedan salir del estómago o buche.

 

El plástico en las aves adultas es causante de diversos problemas de salud. Puede causar raquitismo, falta de apetito, dolores crónicos y hasta la muerte. Y debido a que una gran cantidad de agua contiene plástico o microplásticos, este problema cada vez se generaliza más.

 

Las aves también pueden consumir el plástico a través de otras especies de las que se alimentan. El problema del plástico resulta también problemático para las especies de los ríos, que cada vez deben pasar más tiempo entre desperdicios.

 

Muchas especies han logrado adaptarse, pero el problema persiste en los cursos de los ríos más grandes e importantes. El plástico es uno de los mayores contaminantes del mundo. Además, es imposible de eliminar a mediada que deshace.

Riesgos químicos

Las aves silvestres se han visto también amenazadas por los riesgos químicos. Los más peligrosos están en los cuerpos de agua, y pueden resultar en la muerte debido a las grandes concentraciones de algunos compuestos.

 

Los químicos más comunes con los que conviven las aves son los pesticidas, el plomo y el mercurio. Muchas fuentes de agua en las que las aves pescan están completamente prohibidas. Esto ha contribuido a causar envenenamientos y problemas de salud de diversas especies.

 

Los pesticidas no se encuentran tanto en el mar. Están más bien en zonas boscosas, selváticas o semi-urbanas. Los agricultores suelen ponerlos sobre sus cultivos, donde las aves pueden acudir en busca de alimentos.

 

En muchos casos, debido a la agricultura extensiva los pesticidas llegan a los bosques y selvas. En estos casos, los insectos y plantas de los que se alimentan las aves también pueden ser afectados. Tanto como para morir o desplazarse hacia un ambiente menos contaminado.

 

Pero el daño a las aves puede ser mucho más directo. Los pesticidas causa en las aves taras genéticas, intoxicaciones, pérdida de visión y problemas en el plumaje. También puede haber consecuencias si las aves beben de una fuente contaminada.

 

El plomo y el mercurio son químicos que afectan más que todo a las especies marinas. Las aves como las gaviotas suelen ser muy sociables. Su comportamiento oportunista hace que estén a gusto con los humanos.

 

Suelen vivir en zonas costeras urbanizadas como puertos y desarrollar sus actividades o buscar alimento cerca de los barcos. Esto hace que continuamente estén expuestas a las emanaciones contaminantes que provienen de los combustibles.

 

En zonas muy contaminadas, las aves tienen vidas más cortas. También y pueden mostrar síntomas de intoxicación por plomo como abulia, problemas metabólicos y dificultades motoras. Y mientras mayor es la exposición, más graves son los síntomas.

¿Cómo afecta el declive del entorno natural en las aves?

Entonces, ¿cómo afecta el declive del entorno natural en las aves? Por la destrucción de su hábitat, la falta de alimentos y su competencia por ellos y la alteración de sus rutas migratorias. Todo en conjunto propia la extinción y desaparición de muchas especies de aves.

 

Si quieres seguir aprendiendo sobre las aves y su cuidado suscríbete a nuestras redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram). Lee nuestras publicaciones y mantente al tanto de todas nuestras ofertas y productos. En sexadodeaves.com somos especialistas en el sexado de aves por ADN y detección de enfermedades.