Peleas de gallos: una práctica de maltrato y violencia

Las peleas de gallos son un pasatiempo muy común en muchas partes de iberoamericana. Su legitimidad y legalidad ha sido ampliamente contestadas, y la tendencia mundial apunta a una total prohibición. Pero por qué ha sido tan difícil lograr esta prohibición. Aquí te lo contamos.

El negocio de las peleas de gallos

Una de las razones por las cuales las peleas de gallos han sido tan prolíferas es el dinero que mueven. A pesar de su crueldad inherente y del carácter clandestino que poseen, las peleas de gallos son una industria millonaria. La “industria” gallera no se reduce simplemente a las apuestas, aunque estas motivan el resto de la maquinaria corporativa.

Las peleas de gallos implican una red de criadores y entrenadores, además de arenas de pelea y una industria de servicio. Esto sin contar el aspecto clandestino en los países donde es ilegal, pues en estos casos la corrupción abunda. Nada más en países como Puerto Rico las peleas de gallos mueven alrededor de 100 millones de euros al año.

Historia

Las peleas de gallos, a pesar de estar estrechamente ligadas con la cultura hispana, son originarias del oriente. Desde hace más de 6000 años se ha perfeccionado este pasatiempo en China y la India. Debido a contactos culturales entre Asia y Europa, las peleas llegaron al imperio romano y se popularizaron. Aquí se volvieron una manifestación de hombría y poder económico.

Con el colapso del imperio sus colonias retuvieron mucha de la herencia cultural. Así las peleas de gallos se volvieron tan importantes para la cultura ibérica. Durante la conquista los colonos introdujeron esta actividad en el continente americano. Desde entonces ha sido una manifestación cultural que se ha presentado desde Argentina hasta estados Unidos.

Opiniones

Durante milenios en todo el mundo, y siglos específicamente en América, las peleas de gallos gozaron de total libertad legal. En la segunda mitad del siglo pasado, con el auge de movimientos populares humanistas en todo el mundo eso cambió. La opinión pública y legal con respecto a las peleas de gallos dio un giro abrupto, considerándolas humana y éticamente reprehensibles.

Sociedades protectoras de animales las han condenado seriamente y las tildan de actos injustificables de sadismo hacia animales indefensos. Distintos gobiernos también han buscado maneras de aplacar estas actividades. Esto se debe a que alrededor de estas peleas se mueven muchos negocios ilícitos de drogas y tráfico. Además de que incitan violencia y brutalidad.

Los defensores de estas peleas se enfocan en el peso cultural que tienen para los hispanoamericanos. Al ser una práctica casi ancestral, se ha introducido profundamente en la cultura y es parte de la identidad histórica de muchos pueblos. Además, como ya se mencionó, es una industria multimillonaria que favorece incluso a los políticos que la defienden.

Realidad

A pesar de estas defensas, las peleas de gallos se han vuelto un sinónimo de clandestinidad, violencia y bajos fondos. Esta industria mueve una maquinaria de maltrato animal que somete a los gallos a condiciones deplorables de tortura. Además, generalmente es una industria controlada por carteles criminales, incluso donde es legal.

A pesar de que son populares en comunidades de bajo estrato social, muchas instituciones de poder se han manifestado en contra. Existen muchos países donde se a ilegalizado por completo, y en donde no, ciertamente es una solicitud común. Junto con las corridas de toros se espera que esta actividad barbárica sea completamente ilegal en las próximas décadas.

Especies de gallos utilizados para peleas

Los gallos para peleas no son los que típicamente se ven en una granja o un zoológico de contacto. Estos animales han sido criados específicamente para pelear, tanto en su conformación física como en comportamiento. Por esta razón, los gallos de pelea tienden a ser considerablemente caros, llegando a costar miles de dólares cada uno. Los precios varían dependiendo de línea y racha.

Los principales tipos de gallos utilizados para peleas son: Gallo malaya, Gallo shamo, Gallo asil, y Gallo kelso.

Estos son bastante pequeños en comparación con los de granja. Pueden incluso llegar a ser la mitad de un gallo normal. Tienen una figura esbelta y ágil que les permite una mejor movilidad a la hora de pelear. También tienen espuelas mucho más grandes, destinadas a causar la mayor cantidad de daño posible a oponente.

Dependiendo de las leyes regionales, las espuelas pueden ser suprimidas por completo o acentuadas con hojas metálicas.

Países donde se practican las peleas de gallos

Las peleas de gallos son extremadamente populares en el sur de Asia y en Latinoamérica. También son particularmente populares en las islas del Pacífico tropical, donde convergen ambas culturas. El estatus legal, sin embargo, no es tan homogéneo. En muchos países se ha ilegalizado, sobretodo en América, pero en Asia es muy común y generalmente legal.

El origen de la actividad tiene lugar en alguna parte del valle del Indo, por lo que es muy popular en esa región. Países como Irán, Pakistán y la India tienen peleas de gallos a nivel popular y profesional. De allí pasó a países como China y se extendió a las Islas del Pacífico como Tailandia e Indonesia.

En América es particularmente popular en el Caribe y Centroamérica. No como en Cuba donde se practica a nivel profesional avalado por el estado. Completamenteo prohibido e ilegalizadas están las peleas de gallos en Estados Unidos, pero fueron muy populares por toda su historia. Particularmente en estados sureños con mucho contacto cultural con México.

Una solución para el problema

Ilegalizar y penalizar las peleas de gallos no es una solución definitiva e inmediata. Esto generalmente motiva a peleas clandestinas, aumentando aún más la nocividad de estas actividades. Cualquier penalización debe venir acompañada por una campaña de sensibilización. Esto se debe hacer para garantizar que futuras generaciones condenen las peleas de gallos y no se perpetúe su popularidad.

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